Mientras algunos cantan de alegría porque les ha
tocado la lotería, nosotros contemplamos en al canto de Ana, la estéril y de
María la Virgen. Son dos mujeres, que por serlo ya son pobres y más en la
antigüedad, y encima sin poder dar vida. Y en su canto no sólo se alegran por
ellas sino por lo que Dios hace con los demás pobres. Dios pone las cosas en su
sitio con su justicia, es lo que cantan ambas. Dicen que el “gordo” ha caído en
un pequeño pueblo de Huesca. Un premio repartido por la asociación de amas de
casa. En estos casos es más fácil alegrarnos aunque no nos haya tocado a
nosotros. Es más fácil cuando vemos que los premios van a familias con
dificultades. Es tiempo de alegrarnos por los demás, esa alegría ensancha mucho
el corazón. ¿Hacemos la prueba? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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