En la antropología de San Pablo el cuerpo, lo carnal es la dimensión del ser humano que se resiste a ser domesticada por el Espíritu. Es nuestra humanidad más “humus”, lo que más nos tiene pegados al suelo, al orden natural. Nuestras pulsiones de supervivencia personal y de la especie que, aunque somos racionales y por lo mismo libres, se nos descontrolan en forma de avaricia, lujuria, ira, gula… Sólo la resurrección, cuando los corruptible se vista de incorruptibilidad será liberado de el hombre de la ley de la carne. Hemos de interpretar esta lucha adecuadamente, leer los signos de nuestro temperamento y comportamiento para saber lo que hemos de hacer, como dice Jesús en el Evangelio. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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