Jesús es el primero en todo. Con él comenzó la nueva creación un proceso de renovación imparable. Él es el vino bueno guardado para el final del banquete que no puede echarse en odres viejos. Jesús siempre es novedad. Cuando hablamos de él esto se tiene que notar. No hablamos de alguien antiguo, añejo, sabido, manoseado. Él siempre rompe nuestros moldes religiosos, no se deja encasillar y programar por nosotros. ¿Estoy dispuesto a asumir esta novedad? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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