Aquella mujer insistía en pedir a Jesús la curación de su hija convencida de que podía conseguirlo. El Pueblo insistía en quejarse a Dios convencidos de que no podían conseguirlo. ¿Hay algo más insoportable que una persona quejosa? La queja de Israel colmó la paciencia de Dios y tomaron de su misma medicina. Dios cambió sus planes. Jesús también cambió los planes de Dios por la insistencia amorosa de aquella mujer. Tengo experiencia de que una oración insistente con el tiempo, a veces incluso años, da fruto. ¿Somos insistentes en la intercesión amorosa? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario