“Quien ha encontrado un amigo ha encontrado un tesoro” dice una canción de Glenda. Moisés era aquel ser humano que tenía el privilegio de hablar con Dios como con un amigo. Y esta amistad es un tesoro. Moisés llega al punto de descubrir su rostro sólo ante Dios. Como unas monjasl de clausura que llevan un velo por la cara. Es un signo de esa exclusividad y esa predilección. Esa amistad vale tanto que merece la pena renunciar libremente a otras relaciones. Y tiene sus efectos. ¿No habéis visto como brillan los rostros de muchas monjas de clausura? ¿Cómo brilla mi rostro? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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