Jacob se sorprende porque el Señor estaba en aquel lugar, allí había tenido un sueño lleno de signos y de promesas. En Jesús irrumpe Dios en el mundo de un modo insospechado, la promesa de la tierra prometida se queda pequeña. Él trae la salvación, la vida nueva, los muertos están dormidos y él viene a despertarlos. El Espíritu se ha derramado sobre toda la creación y sobre toda carne. Ahora todos tenemos visiones y sueños. Ahora toda la tierra es prometida, toda la tierra es “casa de Dios”. Yo soy casa de Dios y elevo mi corazón como una estela para adorarlo en Espíritu y en Verdad. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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