Me llama la atención la queja de Jesús. Pocas veces en el Evangelio aparecen estas reacciones tan humanas. La verdad que está en la línea de las quejas que en boca de los profetas escuchamos en el Antiguo Testamento, “Mi pueblo no quiere escuchar mi voz, su corazón está lejos de mí”. Esto me hace pensar sobre nuestras quejas, en algunas reuniones eclesiales que se parecen mucho a algunas tertulias de los medios de comunicación. Jesús no se queda en la queja, actúa, busca soluciones. Y también da luz sobre las causas, les descubre a los discípulos que les faltaba oración y ayuno. ¿Cuándo descubrimos un problema somos capaces de buscar las causas para implicarnos en la solución del mismo o nos quedamos en la queja fácil? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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