Todavía resuenan en nosotros las Bienaventuranzas, el anuncio optimista de una vida feliz siguiendo a Jesús. Y nos encontramos con todo lo contrario. Nos topamos con un hombre que vive solo y por compañía tiene a los muertos. Un espíritu indomable, no hay cadenas que lo puedan sujetar. ¿No es un retrato de algunos modelos sociales de nuestro neopaganismo? ¿El hombre independiente a toda costa sin límites éticos? Un hombre sin infinito y por lo tanto un ser para la muerte. Jesús es el único que puede liberarnos de este espíritu “inmundo” que nos degrada y nos lanza acantilado abajo. ¿Quiero librarme de él? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario