En la primera de las Catequesis de la JMJ que han preparado en la Diócesis de Madrid se presenta al ser humano como “CAPAX DEI” una persona que se cuestiona, que busca, que tiene ansia de infinito, que busca a Dios. Y en esa búsqueda el hombre “suplica al infinito que se manifieste” porque se da cuenta de que no puede satisfacer su propia necesidad. “Dame de beber”. El hombre religioso se reconoce radicalmente pobre.
Esto es lo que quiere decirnos Jesús. Vivir la fe de modo auténtico es un camino de felicidad, de plenitud, pero empieza por esa búsqueda y el reconocimiento de la propia pobreza y hasta de la propia vulnerabilidad. Nitzsche que conocía muy bien la entraña del cristianismo decía que somos una religión de los débiles, una religión antinatural porque en la naturaleza funciona la selección natural y la ley del más fuerte. Pero somos una religión que aunque en algunos periodos históricos no ha caminado por ahí, ha humillado a los sabios y soberbios, con una sabiduría escondida a sus ojos.
Nuestro Dios ha hecho primero ese camino y se ha encarnado asumiendo la pobreza humana que por otra parte es la posibilidad del encuentro con Dios. Si pretendemos vivir como dioses no hay encuentro posible con el Dios del pesebre, de la cruz y del sagrario. Si nos gloriamos delante de los demás o peor aún, delante de Dios, no andamos por este camino de plenitud. Sólo la confianza desde la propia impotencia puede llevar al amor.
En estos momentos de “sálvese quien pueda” nosotros seguimos con “las mujeres y los niños primero”. Seguimos apostando por los débiles y por lo que no cuenta. Gocémonos en el Señor, en este camino que hemos escogido y en el que vamos junto a muchos hombres y mujeres que formamos ese resto pobre y fiel. Feliz fin de semana y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
Esto es lo que quiere decirnos Jesús. Vivir la fe de modo auténtico es un camino de felicidad, de plenitud, pero empieza por esa búsqueda y el reconocimiento de la propia pobreza y hasta de la propia vulnerabilidad. Nitzsche que conocía muy bien la entraña del cristianismo decía que somos una religión de los débiles, una religión antinatural porque en la naturaleza funciona la selección natural y la ley del más fuerte. Pero somos una religión que aunque en algunos periodos históricos no ha caminado por ahí, ha humillado a los sabios y soberbios, con una sabiduría escondida a sus ojos.
Nuestro Dios ha hecho primero ese camino y se ha encarnado asumiendo la pobreza humana que por otra parte es la posibilidad del encuentro con Dios. Si pretendemos vivir como dioses no hay encuentro posible con el Dios del pesebre, de la cruz y del sagrario. Si nos gloriamos delante de los demás o peor aún, delante de Dios, no andamos por este camino de plenitud. Sólo la confianza desde la propia impotencia puede llevar al amor.
En estos momentos de “sálvese quien pueda” nosotros seguimos con “las mujeres y los niños primero”. Seguimos apostando por los débiles y por lo que no cuenta. Gocémonos en el Señor, en este camino que hemos escogido y en el que vamos junto a muchos hombres y mujeres que formamos ese resto pobre y fiel. Feliz fin de semana y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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