En las dos lecturas aparece una mujer que ha estado
casada siete veces, y había enviudado siete veces. Según la teoría de género
esta mujer era esclava del rol social de ser esposa y madre y no había podido
realizarse. Yo me fijo como en el caso de la samaritana en que esta mujer no
había encontrado al amor de su vida. Porque el sentido de la vida, la felicidad
o como queramos llamarlo no está en la propia realización como proyecto
individualista de conseguir “calidad de vida”. La felicidad está en encontrar a
quien amar y ser amado. Pienso en tantas mujeres consagradas que no han buscado
marido ni hijos y han entregado su vida por el Reino y son un signo de ese “ser
como ángeles” del Reino futuro. Del feminismo radical y fanático líbranos
Señor. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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