De diez curados uno sólo se salvó, es decir, se
encontró con el Dios salvador que por pura bondad, por su misericordia salva al
hombre. Ninguno de esos hombres se merecía ser curado. Se salva el que descubre
el abismo de generosidad y amor de Dios que se le ha mostrado en el signo que
ha realizado Jesús. ¿Conoces a alguien que haya recibido amor y milagros en su
vida y no haya cambiado nada su vida? Yo sí, conozco a los que forman el grupo
de los nueve. Y es sorprendente esto. Desde que nos levantamos hasta que
cerramos los ojos estamos recibiendo esos signos y a veces no somos capaces de
verlos, y no brota en nosotros la alabanza. ¿alabas, bendices a Dios? Si no lo
haces eres de los nueve, date la vuelta dando gloria a Dios y póstrate ante tu
Salvador. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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