Llevo varios días con un problema en casa y no
puedo llevar mi ritmo habitual de oración por la mañana. Hace un rato he
llegado a la Capilla Universitaria con un montón de cosas en la cabeza que
tengo que hacer, he pensado que mejor me sentaba en la mesa en vez de pasar al
oratorio y hacer esto más ligero. He sentido “aquello es lo que más necesitas”.
Y aquí estoy a los pies del sagrario escuchando al Señor. Doy gracias a Jesús
por haberme ayudado a escoger la mejor parte, por sentir la necesidad cotidiana
de estar con él. Y todo es gracia es
regalo del Señor como expresa San Pablo en la primera lectura, no es mérito
mío. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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