En la película “la Natividad” aparece María con los
niños recordando este pasaje de Elías en el Horeb. “Y el Señor no estaba en el
terremoto…” El Señor estaba en la brisa suave. El paso de Dios por nuestras
vidas es casi siempre tenue y delicado, Dios no impone su presencia. Podíamos
hoy hacer memoria de las veces en las que el Señor ha pasado, esas experiencias
de su amor, de sus caricias casi imperceptibles que han dejado huella en
nuestra alma. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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