Hay dos maneras de predicar: decir lo que hay que
hacer y decir lo que Dios hace. Para evangelizar, para trasmitir buena noticia
y atraer a Dios no podemos empezar por lo que hay que hacer, eso echa para
atrás. La moralina no evangeliza. Para nosotros que ya hemos decidido seguir a
Jesús, sin olvidar "los acontecimientos que han visto nuestros ojos"
sí que debemos recordarnos los mandatos del Señor. Reconozco que también yo soy
alérgico a la norma y trato de sacudirme la autoridad. Y me doy cuenta que no
deja de ser un rasgo de inmadurez que también impregna mi espiritualidad. En mi
relación con Dios hay una dimensión de obediencia que no se puede obviar. Pidamos
a Dios que en esta Cuaresma nos ayude a bajar la cerviz. Feliz día y
bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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