jueves, 23 de enero de 2014

SEMANA SEGUNDA TO JUEVES

La envidia desfigura la realidad. Saúl ve a David como un enemigo cuando está luchando en su mismo bando por Israel. Jonatán ayudó a su padre a recobrar la cordura y la objetividad de los hechos. Cuando diariamente oramos y sobre todo confrontamos nuestra vida con la Palabra de Dios es mucho más difícil que caigamos en los celos y la envidia. La luz del Espíritu Santo nos ayuda a ver la realidad con mayor objetividad y a alegrarnos de las victorias de los demás.  También los demonios quería que Jesús se dejara llevar por la euforia de las masas, pero él no cayó en la tentación porque por las noches se retiraba a orar y allí encontraba la fuerza para no dejarse deslumbrar por el espejismo de  la fama humana.  ¿Cuándo es la última vez que hemos sentido envidia? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí. 

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