A las mismas puertas de la cuaresma Jesús nos
zarandea y nos pregunta si también nosotros estamos apegados a tradiciones y
dejamos a un lado la Palabra de Dios. La
tradición era que los papas mueren con el anillo del pescador en la mano, pero
Benedicto XVI, que está hecho a imagen y semejanza del Señor, y que por lo
tanto es un hombre libre y responsable, que no se deja llevar sin más por lo
que se ha hecho de toda la vida, ha tomado una decisión valiente. Ha sido un
profeta de la caridad, nos ha llevado siempre a lo nuclear del evangelio. Damos
gracias a Dios por su entrega y miramos a la cuaresma como la oportunidad de
recuperar en la Pascua la semejanza que
nos hace perder el pecado. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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