Iniciamos una Cuaresma peculiar por el ambiente social
que vivimos de crispación ante la corrupción que sale a flote a todos los
niveles. El ambiente social es de desilusión y a nivel de fe desesperanza: “esto
no hay quien lo arregle”. Y yo, ¿tengo arreglo? En este año de la fe comenzamos
la Cuaresma renovando nuestra fe en el poder del Espíritu Santo que resucitó a
Jesús de la muerte. Yo no puedo cambiar pero Él si puede, como dijo una vez una
mujer sencilla de una aldea “darme la vuelta como un calcetín”. Nuestra
ascesis: ayuno, limosna y oración serán los medios que vamos a poner para que
nuestra libertad sea sanada y permitamos a Dios “darnos la vuelta”. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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