Cada martes en el despacho de Cáritas de mi
Parroquia me sorprendo de ver caras nuevas y no tan nuevas, padres que no me
podía imaginar que lo iba a ver por allí. La necesidad en muchas familias es
dramática. Y en este Adviento la Palabra nos habla de comer hasta saciarse, de
un festín de manjares suculentos. En los bancos de alimentos saben bien lo que
es dar de comer con siete panes a una multitud. La generosidad multiplica los
recursos. El amor de Dios rebosa en nosotros y hace verdaderos milagros. Es
verdad que la solución no son las bolsas de comida sino que se creen puestos de
trabajo. Que esto son parches al problema. Pero aguantemos el tirón con
imaginación y mucha dosis de esperanza. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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