Hoy resuenan en la liturgia de la Palabra de nuestras
Eucaristías algunas de las palabras que se vienen escuchando en las
celebraciones desde hace muchos siglos. Nosotros como aquel centurión no nos
sentimos dignos de recibir a Jesús en nuestra casa y seguimos arrodillándonos
cuando son pronunciadas las palabras que Jesús dijo en la última cena. Es el
sabor de lo antiguo conservado como un tesoro generación tras generación. Es el
sentido más exacto de la “traditio”. Así
se nos ha trasmitido y así lo trasmitimos nosotros a los que vienen detrás de
nosotros. ¿Somos conscientes de ser eslabones de esta cadena? Feliz día y
bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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