«Que no te engañe tu Dios en quien confías» ese
mensaje blasfemo era una tentación para el Rey. ¿No recibimos nosotros este
tipo de mensajes todos los días? Puede ser una película, la opinión de un
famoso en la televisión, o los comentarios de los vecinos en la cola de la
compra: «yo si me da un derrame cerebral que me pongan una inyección no quiero
seguir viviendo para penar». Continuamente somos invitados a profesar el relativismo. Y nuestra vocación es
la de profesar algo contracultural: Que el Señor es el único Dios. Si bien como dice Jesús tengamos cuidado de no
dar las perlas a los cerdos. ¿Profeso yo
relativismo? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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