Hace unos días hacía referencia a esta parábola.
Decía el “sed perfectos como vuestro Padre” se refiere a sed misericordiosos
como Él, no impecables sin falta alguna.
La meta es ir alcanzando la capacidad de perdonar de Dios. El perdón es
el oxígeno de la vida comunitaria. Pedro habla de perdonar al hermano. Este
perdón sin límites es en el ámbito de la fraternidad cristiana. No quiere decir
que no haya que perdonar a los de fuera. Pero sin duda hay grados, y con los de
fuera habrá que acudir a la justicia humana, con los hermanos no ha de ser así
porque hoy me perdonas tú, mañana te perdono yo (sin llevar cuentas). ¿Cómo se
adquiere esa capacidad de perdón? En la experiencia continua del perdón de Dios
que me perdona una deuda impagable. Nuestras deudas comparadas con esa son
calderilla. Hoy nos volvemos a preguntar ¿Tengo algún perdón pendiente con
algún hermano? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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