Jeremías como todos los profetas fue perseguido. El
justo es perseguido como este señor que
por no manipular las cuentas de una sociedad de crédito fue despedido. Jesús
también es consciente de que la persecución llegará a culmen con su muerte.
Pero Él no es simplemente una víctima de los impíos, Él «da su vida en rescate
por muchos». Su sufrimiento no es en vano, tiene un sentido. Su muerte hará
bien a los demás. Y además se entrega consciente de la victoria de la vida
sobre la muerte. En nuestra lucha contra el mal no debe faltarnos esta
perspectiva. ¿Cómo sufro yo la persecución? Feliz día y bendición. Para ver las lecturas pincha aquí.
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