Siempre me ha llamado la atención esto del
estandarte con la serpiente. Cuando era pequeño me fijaba en la serpiente de
bronce como picaporte de la puerta de una farmacia, y la veía también en el
papel de envolver los medicamentos. Después aprendí que todo tiene su origen en
este pasaje del Éxodo. También con el tiempo conocí el veneno que es la crítica
y la murmuración. Durante el seminario flirteaba con ella. Nada más empezar mi
ministerio me topé con compañeros literalmente acribillados por críticas. También
lo he sufrido en mis carnes. Mirar al crucificado ha sido sanador. Contemplar
a Jesús calumniado y víctima de lenguas
embusteras y envidiosas me ha dado calma y me ha ayudado a orar por mis
perseguidores. Y he visto el fruto de esa oración, he sido testigo de la
sanación de los efectos del veneno y a los que hablaban mal de mí pedirme
perdón y ofrecerme su amistad. No dejemos de mirar al crucificado para ser
sanados. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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