¿Por quién te tienes? Esta es la gran pregunta. Y
Jesús responde la Verdad y esa verdad le costará la vida, pero no en ese
momento apedreado en el Templo. La pretensión de Jesús es inaudita, él existe
antes de Abrahán y es el que conoce al que ellos llaman «su Dios» aunque no lo
conocen, y él lo llama «su Padre». Con
judíos y musulmanes compartimos la paternidad de Abrahán pero nos diferenciamos
de ellos sin remedio en esta pretensión de Jesús. Algunas Cristologías por
querer ser más condescendientes han desdibujado esta pretensión y han presentado a un Jesús descafeinado, muy
social y muy poco divino. La pretensión
de Jesús implica también una pretensión de la Iglesia. Y una pretensión tan
alta no es cómoda, por eso a veces la disfrazamos. Jesucristo es el único
nombre bajo el cielo en el que podemos ser salvos. No imponemos esto a nadie
pero tampoco vamos a renunciar a la verdad ¿Aguantamos las pedradas? Feliz día
y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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