Este año con la sequía que tenemos estas palabras
son más impactantes. Sin el agua nuestros campos están muertos. La tierra está
sedienta como nosotros estamos sedientos de amor, de un Amor verdadero. Esa sed
nos impulsa a buscar, a esperar como ese paralítico. Del interior de Jesús mana
una corriente que conforme pasa el tiempo es más impetuosa. Nada puede
detenerla, ni la ley del sábado puede hacer que deje de sanar. Y si nos fijamos
bien de nuestro interior también mana una corriente de alabanza y adoración. Es
como esas corrientes subterráneas que afloran por sorpresa. No retengamos el
agua que eso nos daña. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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