Cuando oramos no nos basamos en nuestra fuerza, en nuestra insistencia,
en nuestro poder. Ester se basa en la memoria agradecida de lo que Dios ha
hecho en otro tiempo. Jesús nos invita a orar con la confianza en el amor de
nuestro Padre que nos da cosas buenas. No
somos conscientes del poder de la confianza, de lo que desencadena en el
corazón de las personas y más aún en el corazón de Dios. Nos dice el salmista:
La Misericordia de Dios es terna, él no abandona la obra de sus manos. Sigamos
orando desde esa confianza. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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