Me llama la atención esto que dice Santiago de
mirarse en el espejo y luego olvidarse. Es dejar de reconocerse, no tener clara
la propia identidad, es lo que en psicología se llama el autoengaño ¿Quién soy
yo? Pues él dice que el que se conforma con escuchar la Palabra y no la pone la
en práctica se autoengaña porque piensa que sigue al Señor, pero no es verdad.
Jesús sacó al ciego de la aldea para curar su ceguera. En la vida espiritual en
ocasiones es necesario salir de la aldea para recuperar la visión real de uno
mismo. Es lo que llamamos «ejercicios espirituales». Los hay de muchos colores
y formatos, pero en definitiva todos nos ponen ante un espejo y ante la
Palabra. Yo os animo a hacer esta experiencia periódicamente. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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