lunes, 2 de enero de 2012

SOLEMNIDAD DE SANTA MARIA MADRE DE DIOS


En el Misterio de la Navidad el centro no es otro que el Niño Jesús. Pero la liturgia de la Iglesia desde hace muchos siglos dirige su mirada en este día hacia la Virgen María en el título de Madre de Dios. El Evangelio de hoy dice que María, ante todo lo que estaba sucediendo “guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón”. María se preguntaba qué sentido tenía todo aquello. ¿Por qué había sido elegida ella? Quién era ese hijo de sus entrañas. Qué quería Dios de ella en adelante. Es decir, María hacia una lectura creyente de los acontecimientos.

Al pasar de un año a otro, también nosotros debemos hacer una lectura creyente de lo que está pasando en nuestro mundo y en la Iglesia en particular. A veces nos encontramos con personas que nos preguntan: ¿hacia dónde va la Iglesia? ¿A dónde vamos a legar en nuestro mundo? Para dar una respuesta como creyentes tenemos que hacer como María, Guardar todas las cosas para meditarlas en el corazón. En nuestro país están surgiendo grupos del Itinerario de formación cristiana para adultos. Estos grupos ponen en práctica esta lectura creyente DE LA realidad para unir fe y vida.

Empezamos un año lleno de incertidumbres y proyectos. Como Iglesia será un año en el que se inaugurará el año de la fe y se celebrará el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización. En lo social este será un año en el que veremos grandes transformaciones. Nuestro modelo económico está dando sus últimos coletazos. Los que resisten a las novedades terminarán asumiendo, a las bravas finalmente, un modelo económico en el que los valores sean tenidos en cuenta.

Al comenzar este año pedimos a Dios que nos bendiga. Todos nos deseamos prosperidad y felicidad. Nosotros sabemos que nuestra felicidad es fruto de la confianza en Dios. El Espíritu de hijos que hemos recibido nos impulsa a confiar en Dios como los niños confían en el amor de sus papás. Dios no nos va a abandonar. Aunque se derrumben los montes nuestro corazón no tiembla porque confiamos en el Señor. Renovemos esa confianza y empecemos este año sin miedo. Feliz año y bendiciones.  

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