Anoche leía una información, que no sé si es cierta, sobre católicos que mediante una formación secreta, infiltrándose en
asociaciones y organizaciones, tratan de hacerse con el poder para servir así al
Reino de Dios. Esta tentación la tuvo
Jesús y la seguimos teniendo sus seguidores. Caemos en ella al pensar que el
fin justifica los medios. La autoridad de Jesús nada tiene que ver con el poder
político. Es más, Dios, como proclama Ana, alza de la basura al pobre, María
dirá que derriba del trono a los poderosos.
El único poder de Dios es el de su amor, nítido y transparente. Es el único camino para vencer al mal. Feliz día
y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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