sábado, 3 de diciembre de 2011

Semana 2 Adviento Domingo Ciclo B


La conversión del Adviento tiene un matiz escatológico. Con nuestra vida apresuramos o retrasamos la venida del Señor, es decir la plenitud de su obra salvadora ya realizada. La salvación no es obra de la magia sino que es fruto de la cogida libre por parte de la humanidad de la redención que Jesús ya ha realizado. Si no tenemos claro esto podemos caer en dos extremos. Bien en el desánimo y el pesimismo porque el Señor tarda y no vemos que su Reino crezca, o bien en el voluntarismo de pensar que nosotros construimos ese Reino (el bautismo de Juan era de este estilo).  Convirtámonos de estas dos actitudes erróneas a la espera activa y responsable confiada en la paciencia del Señor.  

Nuestra existencia cristiana se parece a la vuelta del destierro que describe la primera lectura. El pueblo liberado camina de vuelta a la tierra prometida. El camino es por un desierto, camino duro pero lleno de esperanza porque el Señor los acompaña como pastor,  y su recompensa lo precede.  La plenitud de la salvación se hace presente por medio de muchos signos, de las primicias de los cielos nuevos y la tierra nueva. Celebremos la Eucaristía de este segundo domingo de Adviento con este matiz de “prenda de la salvación futura”.

Hoy hemos colocado en la corona de Adviento la figura del Ángel porque la Palabra de Dios está llena de pregones. En este fin de semana en que celebramos a San Francisco Javier, gran misionero nos comprometemos a ser misioneros de la esperanza. A anunciar que “La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra”. Somos bautizados con el Espíritu Santo para ser testigos de una salvación que no es obra nuestra, somos heraldos de la salvación. Feliz fin de semana y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario