domingo, 30 de octubre de 2011

Domingo semana 31 TO Ciclo A


Podemos quedarnos este domingo con lo de “predicar con el ejemplo”. Ciertamente la Palabra es clara en este aspecto. Nos llena una profunda tristeza cuando hay escándalos dentro de la Iglesia y se nos puede aplicar eso de “haced lo que ellos hacen pero no hagáis lo que ellos hacen”. Me ha pasado a mí como pastor, en algún aspecto de mi vida y en momentos puntuales y el daño que hacemos es muy grande.  La responsabilidad que tenemos los pastores es inmensa puesto que somos la “autoridad moral” para muchas personas. Esa preocupación me la trasmitía mi madre cuando siendo seminarista me decía “es mejor que seas un buen padre a un mal cura”.

Pero hay una llamada más profunda en las lecturas, subrayada por este Salmo 130 que es una obra maestra de la salmodia. “No pretendo grandezas que superan mi capacidad”.  San Mateo arremete claramente contra las categorías que empezaban a perfilarse dentro de la comunidad cristiana. Recoge estas palabras de Jesús claras y tajantes: “todos vosotros sois hermanos”. Ya había vivido Jesús en el seno del grupo de los apóstoles tensiones por la cuestión de quién era el más importante. Jesús en muchos momentos, hasta la última cena, no se cansó de repetir: “el primero entre vosotros será vuestro servidor”, y dio ejemplo.

Cuando miro a nuestra jerarquía, al Papa y a los obispos, veo verdaderamente ese entregar “nuestras propias personas” que dice San Pablo.  No tienen vida personal y viven totalmente entregados al ministerio que desempeñan. Pero también echo de menos unas formas más evangélicas. Me dio mucha alegría ver en la JMJ obispos cogiendo el metro con su mochila al hombro como los demás peregrinos, y en mi pabellón ver a un obispo italiano durmiendo con sus jóvenes en un saco de dormir.  Hay filacterias, títulos  y reverencias que alejan y que tienen un tufillo a otros tiempos que no fueron mejores. Aunque eso no está en nuestra mano claro está. Sí está el que acallemos y moderemos nuestros deseos, los deseos de poder y de dominar en cualquier ámbito de nuestra vida, en los brazos maternales de nuestro Dios.  Las ambiciones en el fondo son reacciones al miedo. No hay mayores tiranos que los que se sienten inferiores. Este fin de semana bautizo a cuatro pequeños, en ellos encuentro una parábola de lo que estoy llamado a ser. Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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