Las palabras de Isaías están llenas de confianza: “El Señor me ayuda… sabiendo que no quedaría defraudado… tengo cerca a mi defensor… el Señor me ayuda”. Jesús recordaría estas palabras del cántico del Siervo en esto días previos a la Pascua. Alimentaba su alma con ellas para no dejar anidar la angustia y la desesperación. Para no dejarse embaucar por el espejismo de la aparente victoria del mal que ha penetrado hasta el círculo de los más íntimos . Alimentemos nuestra alma también nosotros con estas palabras para poder decir al abatido una palabra de consuelo desde esta confianza de Jesús. Feliz Miércoles Santo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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