Los cambios progresivos. Jesús cura a este ciego progresivamente, primero ve algo y después ve perfectamente. Igual que el agua del diluvio se seca progresivamente. Todo tiene su proceso. El Reino de Dios es también progresivo, pasa de ser semilla a ser árbol. Cada uno de nosotros también tenemos un proceso si miramos atrás seremos conscientes de ello. Hay conversiones radicales de un día para otro, pero incluso esas las prepara el Señor progresivamente. Para los que acompañamos esto nos recuerda que debemos respetar los procesos y no agobiar. Para todos el Señor nos anima a no desanimarnos porque quizá no estemos en el estadio de desarrollo que desearíamos, no nos impacientemos, para correr la carrera hay que entrenar mucho. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario